Experiencia

Toda esta semana tengo vacaciones. Hoy he ido andar solo hasta la plaza de la Armada, pensé de ir hacer alguna meditación, en el camino me puesto a escuchar música clásica de la llama violeta que me baje de internet.  Cuando llegue me senté en un banco con vista al mar y me fui relajando y escuchando la canción de 22 min una i otra vez, relajado, escribí;

Me gustaría compartir aquí y ahora… Mirando este paisaje me cautivado, aquí dejo el fruto de esa inspiración y aquietamiento mental; Aquel que sabe disfrutar la belleza lo tiene todo. Pobre es aquel que tanto mas necesita para sentir o vivir. En cierta medida todos somos pobres aprendiendo. La paz interior se logra no se compra hermano.

Me levante y me fui a estirar en el pasto verde con una brisa marina que acariciaba mi piel y un sol que me arropaba. Cerré los ojos y practique todas  las 7 llamas… solo cerrando los ojos ya era un espectáculo de colores… Amarillo, naranja, violeta, Verde… formas geométricas… una sensación de bien estar, Felicidad profunda  me invadía di Gracias a toda la jerarquía espiritual, a los hermanos de las estrellas,  a mi Ángel de la Guardia Suministrador,  a la Divina Presencia Yo Soy, a los humanos, a Gaia… A todos los que están trabajando por este momento tan especial en la Galaxia, la transición de este Viejo a Nuevo Mundo. Mi Presencia Divina Yo Soy latió fuertemente, yo le pedí que agarrara el control de mi vida así compenetrarme con la creación que Yo Soy.

Me levante y fui a caminar por la Rambla, sin parar de escuchar esa música que fue la impulsadora a tan profundo sentir, sentía que era Uno con todo lo que me rodeaba, como Neo que ve por primera vez  la codificación de Matrix, sentía la Divina Presencia Yo soy en cada tejado, grano de arena, árbol y cielo, todo para mí.

 Andando, Pedí perdón por todos los errores que cometí y faltas hacia Dios. Poco a poco fui saliendo de este estado de camino a casa. Pensé de volver en el jardín para disfrutar más de esa sensación… una voz interior salió de mis pensamientos y me dijo: Siempre que quieras estaré ahí, contigo, solo me tienes que llamar y yo vendré. Solo podía agradecer con dos tímidas lágrimas el sustento que sentía. Los problemas de mi vida se hicieron tan pequeños y léganos, insignificantes. La belleza fluía a mí alrededor. Esta tarde volveré a ir.